Razones por las que un gato doméstico es miedoso o tímido
Como ocurre con las personas, existen motivos muy diversos que hacen que un gato tenga un comportamiento concreto., En general, el minino se comporta de forma nerviosa, tímida y asustadiza por los siguientes motivos:
Carácter o genética. Obviamente el carácter de cada gato influye enormemente en la forma que tiene de comportarse, y muchas veces dentro de ese carácter existe una carga genética. No hay que olvidar que el gato se ha tenido que enfrentar a situaciones terribles a los largo de su historia como persecuciones y masacres por parte del ser humano. Otra causa posible de esa “herencia” puede ser que su mamá sea una gata asilvestrada y el gatito aprendiera de ella.
Trauma o mal recuerdo. Si el gato ha sido maltratado, golpeado, etc. es lógico que actúe con miedo y que no confíe en las personas. Si esta situación traumática se da en los primeros meses de vida, es más probable que luego el gatito actúe con miedo. Cuando el trauma se da de gato adulto el comportamiento posterior suele ser más con reacciones “violentas” o reflejos de este tipo que de miedo, pero también se puede dar el caso.
Cambio de entorno. Como hemos comentado varias veces, el gato es un animal territorial y, normalmente, un cambio de entorno puede repercutir en su comportamiento. Una de las situaciones habituales en las que un gato se muestra temeroso es cuando llega nuevo a un hogar, por eso es importante seguir estos consejos de introducción de un gato nuevo en casa.En todos estos casos estamos hablando de gatos que se muestran tímidos o con miedo frente a las personas, pero también ocurre que los gatos se muestren así frente a otros animales u objetos. Incluso la presentación entre dos gatos es crucial para que la relación entre ellos sea buena.
La importancia de la socialización del gato
Como hemos comentado, la relación entre un gato salvaje y una persona suele ser prácticamente imposible. La diferencia entre ese gato y uno doméstico es su grado de socialización.
El momento de socializar un minino suele ser desde las 2 a las 8 semanas, aunque hay quién dice que puede durar hasta las 12 semanas. En cualquier caso, los primeros meses de vida del gatito son importantísimos para su socialización, por lo que es clave el contacto que durante ese tiempo haya tenido con todo tipo de humanos (de diferentes tamaños, razas, edades, sexos, etc.).
Esto no significa ni que tengamos que adoptar a los gatitos de muy pequeños (los 3 primeros meses es mejor que estén con su mami) ni que los primeros meses de vida tengamos exponer al gatito a visitas constantes, pero sí es interesante que intentemos que, si la circunstancia lo permite, conozca gente de pequeñito, de manera prudente y siempre que sea de agrado para el gato.
El minino que durante ese tiempo no haya tenido contacto con humanos será más difícil que se socialice, siendo incluso imposible en muchos casos. Obligar a un gato salvaje a que conviva con humanos puede ser perjudicial, convirtiendo al minino en un gato que siempre vive con miedo, escondiéndose, etc.
Consejos a seguir frente a un gato con miedo o tímido
Lo principal es respetar el ritmo del gato, no obligar a nada, observar y ser muy paciente. Seguir estas pautas puede ayudar a que el gato esté cada vez menos temeroso:
Genera un entorno tranquilo y sin ruidos. Los gatos tienen un fuerte sentido del oído y cualquier ruido extraño los puede poner en alerta. Un gato asustadizo y tímido será más feliz en una casa tranquila.
Facilita espacios en los que el gato pueda esconderse o subirse alto. El hecho de que tenga lugares como cajas, casitas, espacios altos, etc. hará que el gato se sienta más seguro y que no tenga que pegarse una gran carrera cada vez que algo le genere temor. Cuando el gato sienta esa
amenaza, muy probablemente se esconderá o se subirá a algún lado, así que si observa que tiene estos tipos de espacios cerca, probablemente se “atreverá” más.
Sobórnalo con comida, juego o golosinas. La palabra soborno puede sonar mal, pero nos referimos a darle “premios” o cosas que gusten al gato para que, poco a poco, vayamos ganando su confianza. Cada gato tiene sus preferencias: premios específicos para mininos, pollo, embutido, etc. o simplemente lugar con su juguete preferido.
Vigila tu lenguaje corporal. Como nosotros, el gato utiliza su lenguaje corporal para comunicarse. En el siguiente apartado detallaremos más sobre cómo actuar frente al minino.
El lenguaje corporal frente al gato asustado
El gato interpreta nuestros movimientos o nuestra forma de dirigirnos a él tal y como interpreta los de otras especies o la suya misma.
Por lo tanto, hay que tener en cuenta cosas como:
Nuestra posición corporal. El hecho de que seamos más grandes que el gato puede intimidarle, es preferible que al acercarnos al minino vayamos lentamente agachados o en cuclillas, y no acercarnos bruscamente y de pie. De hecho, incluso es mejor hacer una especie de rodeo que dirigirnos directamente al gato, como ellos mismos hacen entre ellos cuando van en son de paz.
El tono de voz. Los gatos se muestran más amigables a voces más agudas y suaves que a voces fuertes. Por mucho que le digas que se tranquilice, si el tono no es el adecuado puede jugar en tu contra.
La mirada. Para el gato una mirada directa es un desafío, por lo que es mejor no clavarle la mirada sino mirar hacia otro lado o mirarlo de reojo. También puede ayudar que pestañees o parpadees lentamente, y esperar a ver si te devuelve un gesto parecido.
El gato manda, debemos tener paciencia
Insistimos en que el gato es quien marca las pautas, y que no debemos forzar que el gato se muestre menos temeroso, o conseguiremos lo contrario.
Normalmente los gatos tienen períodos de atención cortos, con lo cual es posible que el progreso sea lento. Que primero se atreva a salir un ratito, luego un poquito más, etc.
También es muy probable que primero coja confianza con los de casa y que, por el contrario, huya cada vez que vienen visitantes. Y esta situación puede que no cambie nunca, muchos gatos prefieren esconderse cuando viene alguien extraño.
Curiosamente los gatos que se atreven a salir cada vez más con los visitantes tienden a hacer mas caso a los que mas les ignoran. justamente porque los que “pasan de los gatos” son los que tienen un comportamiento más parecido al que hemos descrito antes: no los miran directamente, no los persiguen, etc.
Por lo tanto, si tienes visitas explícales cómo es tu gato e invítales a seguir las pauta comentadas.